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Foto del escritorPauloba

La zona norte de Tenerife parte 2

Actualizado: 10 nov 2020

Tras una buena noche de descanso bien merecido, nos despertamos con fuerzas para iniciar nuestro recorrido de dos días por la zona de la costa norte de Tenerife.


Icod de los Vinos


Icod de los Vinos es conocida como La Ciudad del Drago, por albergar el famoso Drago milenario de Icod de los Vinos, uno de los símbolos más emblemáticos de la isla de Tenerife. Además su casco antiguo ha sido declarado Bien de Interés Cultural debido a su importancia histórica.



La principal atracción de la ciudad y de visita obligada en Tenerife es el Drago Milenario que se encuentra en el Parque del Drago. Se trata del árbol de mayor tamaño y edad que se conoce. Posee 20 metros de altura y su tronco alcanza 10 metros de perímetro. Su edad se estima entre los 800-1.000 años de antigüedad.



La entrada al parque son 5 euros y te permite dar un paseo por el Jardín conocido como la Guarderia de Dragos, y desde el que se obtienen unas bonitas vistas a la ciudad.


Dando un paseo por la ciudad podemos encontrar la Plaza Jose Manuel Cabrera, dónde se halla un pequeño ejemplar de Drago milenario. En la pequeña plaza de la Constitución o de la Pila fue el primer sitio dónde probamos las papas arrugadas y tenemos que reconocer que no encontramos otras tan buenas en todo Tenerife.


Al otro lado de la plaza encontramos el Museo de la Malvasía. Se trata de un pequeño local donde degustar algunos vinos locales galardonados acompañados por algo de queso canario y ricos mojos.



Más adelante, en la Plaza Andrés Lorenzo de Cáceres se encuentra la Iglesia de San Marcos Evangelista y en la parte más a la izquierda hay unas vistas al Drago Milenario ideales para aquellos que no quieran entrar en el parque. Esta plaza es bastante grande y permite dar un buen paseo relajado en la sombra de los grandes árboles.


En un lateral encontramos la entrada a la Casa del Drago, una antigua casa canaria en la que se degustar y comprar delicias locales como quesos, licores y vinos del municipio en su jardín, admirando las con vistas al Drago Milenario.



Siguiendo la calle que sale de la Plaza a la derecha encontramos una gran cantidad de tiendas preciosas, cada una de diferentes especialidades y al final la plaza del Ayuntamiento y la Iglesia de San Agustin.



Cerca del centro histórico podemos encontrar el Museo del Guanche en el que te puedes adentrar en la desconocida y fascinante historia de los aborígenes de Tenerife. Finalmente la visita guiada a la Cueva del Viento te permitirá ver por dentro uno de los tubos volcánicos de la isla. Nosotros no teníamos suficiente tiempo pero nos hubiese gustado poder aprender un poco de historia.


Garachico


Garachico fue el principal puerto comercial de Tenerife gracias al intercambio de vino y azúcar. Incluso algunos historiadores insinúan que también pudo haber comercio de esclavos entre Europa y América. Sin embargo, en 1706 la erupción del volcán de Arenas Negras sepultó gran parte de la ciudad y el puerto, quedando totalmente inutilizable.



El paseo marítimo de Garachico nos ofrece unas impresionantes vistas a las piscinas naturales, El Caletón. Se trata de un conjunto de piscinas de origen natural, es decir, de charcos formados en el interior de coladas volcánicas. Si seguimos paseando nos encontramos con el Castillo de San Miguel, justo a la orilla del mar, en el interior del cual encontramos un pequeño museo.



Si nos adentramos un poco en el casco antiguo apreciaremos unas impresionantes vistas de las casas de aspecto colonial, que con sus distintos colores y balcones de madera nos dan una bonita visión de la arquitectura colonial.



Primero llegamos a la plaza de Juan González de la Torre en la que se encuentra la Puerta de la Tierra. Esta zona conmemora la antigua puerta de entrada y salida de mercancías en el municipio. En el interior del Parque de la Puerta de Tierra encontramos un pequeño jardín, un lagar para uva y un busto a Rafael Alberti de cuando visitó Garachico.


El corazón del pueblo es la Plaza de la Libertad que ha recibido varios nombres a lo largo de su historia: Plaza de Santa Ana, de la Constitución, de la República, del General Franco y, finalmente, de la Libertad.


Alrededor de esta plaza llena de vida y de color encontramos algunos de los edificios más antiguos e interesantes del municipio: La iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles, actual Museo de las Ciencias Naturales e Historia, el ex-convento de San Francisco de Asís, actual Casa de La Cultura, el Ayuntamiento de Garachico y la antigua Casa-Palacio de los Condes de La Gomera. Al otro lado de la Plaza y separada por una preciosa cafeteria-kiosko, se encuentra la Iglesia de Santa Ana, el edificio religioso más importante de Garachico.



Piscinas naturales, El Caletón


En verano uno de los lugares imprescindibles que ver en Garachico. Avisar que durante la época covid hay limitación de personas para entrar. Se distribuye en distintas franjas horarias dejando alguna hora entremedias para limpiar. Se puede reservar mediante la página web. Nosotros tuvimos suerte y había sitio a la hora que estábamos allí. Nos permitió darnos un baño y refrescarnos en un lugar realmente auténtico.



En las mismas piscinas hay plataformas resguardadas donde si te llevas un poco de comida se puede hacer un poco de picnic mientras disfrutas de las bonitas vistas. Nosotros aprovechamos el sitio para comernos unos deliciosos bocadillos que compramos en Garachico.



Parque Rural del Teno


Una vez salimos de Garachico nos dirigimos por la carretera hacia Buenavista del Norte para poder llegar hasta la Punta del Teno, pero la carretera estaba cortada. El parque rural del Teno empieza por una carretera estrecha que sube por las grandes curvas montañas.



Nada más empezar a subir las vistas son impresionantes. Al primero que llegamos es al Mirador Altos de Bacarán desde el que se pueden ver las montañas del parque rural por un lado y las planas que se dirigen hacia el mar por Buenavista del Norte.



A medida que vamos subiendo, las vistas se van haciendo más impresionantes. Llegamos al Mirador de Cruz de Hilda desde el que se pueden ver los roques Tarucho y los pueblos de Bica y El Turrón.



Finalmente llegamos al Pueblo de Masca y nos paramos en un bar-restaurante que se llama aquí me quedo. Creo que este nombre refleja perfectamente el lugar y el carácter de los habitantes de la zona.



Seguimos subiendo la carretera de curvas y llegamos hasta la parte más superior. En una curva, subiendo a un pequeño montículo descubrí un precioso mirador antiguo y las vistas desde allí son impresionantes.



Finalmente llegamos hasta Santiago del Teide y después nos desviamos hacia el sur de Tenerife para ir a los Acantilados de los Gigantes.


Si quieres seguir descubriendo cómo fue nuestro viaje clica en la zona sur de Tenerife. Si quieres saber más sobre esta isla clica en la Isla de Tenerife.


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